¿Se puede prevenir el pie diabético?


Es el conjunto de alteraciones que ocurren en el pie como resultado de la diabetes y sus complicaciones y que lo hacen susceptible de presentar lesiones graves. Sin embargo, con fáciles técnicas preventivas, el pie diabético puede quedar en el pasado.

Las úlceras de los pies y las consecuentes posibles amputaciones, son las complicaciones más dramáticas de una diabetes tardía. Asimismo, son las que provocan mayor morbilidad y discapacidad en los pacientes. Pero, éstas se ven disminuidas cuidándose con una rutina básica.

¿Qué porcentaje de diabéticos desarrolla pie diabético?

Se calcula que aproximadamente, el 15% de todas las personas con diabetes se verá afectada por una úlcera a lo largo de su vida. Esto es, una de cada seis personas y equivale a cuatro millones en el mundo.

¿Quedan más expuestos quienes tienen la enfermedad más avanzada?

Cualquier persona con la afección corre el riesgo, independientemente, del tipo o la gravedad de su diabetes.

¿Cada cuánto tiempo se debe hacer esta revisión de pies?

Depende del nivel de riesgo que se detecte en la primera evaluación, pero es un mínimo de una vez al año para los diabéticos que no han tenido úlceras. Los demás tienen que ir cada tres, cuatro o seis meses.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Las lesiones nerviosas (neuropatías) y la alteración de riego sanguíneo en combinación con deformidades de los pies y el consiguiente aumento de presión en algunas zonas de la planta del pie.

Rutina de cuidado diario de los pacientes diabéticos

  • Revisar los pies diariamente con un espejo, asegurándose de que no tengan heridas, ampollas, enrojecimiento, hinchazón o problemas de uñas.
  • Lavarlos con agua tibia, jabón suave, secar con toalla de papel o secador, especialmente entre los dedos.
  • Humectar los talones.
  • Cortar las uñas con tijeras y en forma recta.
  • Nunca cortar las verrugas ni callos.
  • Usar medias limpias y secas.
  • Ejercitar a diario para promover una buena circulación.
  • Utilizar calzado amplio y calcetines claros por si hay sangramiento.
  • Sacudir los zapatos y revisarlos por dentro antes de usarlos. Es posible que no se sienta una piedra en su interior
  • Nunca caminar descalzo.
  • Contactar al médico ante cualquier anomalía.